
12 meses de una espera que por fin llegó a su final
Una alegría enorme, así define Orlando Galo lo que significó regresar a las canchas. Fueron 12 meses donde veía a sus compañeros desde las gradas con la ilusión y el deseo de estar ahí ayudándoles. No fueron días fáciles, pero sí le forjaron carácter y lo hicieron madurar. Ahora es un jugador diferente.

“Fue un tiempo muy complicado, pero Dios me dio la fuerza para seguir luchando día con día y gracias a Dios estoy mejor que nunca y quiero demostrar el Orlando Galo que siempre trabajó a consciencia y que siempre se esforzó al máximo”, dijo el jugador.
Jugó los 90 minutos del partido contra Puntarenas y en un video difundido por el equipo lloró al ver que recibía la convocatoria, era un momento que esperó como cuando debutó. Ahora, su meta es seguir luchando, volver a disputar una final, volver a vestir la camiseta de la Tricolor, pero sabe que debe ir paso a paso y retomar su nivel.
